La portavoz adjunta del PP en el Parlament de Cataluña, Lorena Roldán, recrimina a la consellera el descontrol en la DGAIA, la desprotección a los menores y no haber hecho nada “hasta que se ha visto acorralada”
“¿Qué clase de política de protección infantil es esta? ¿La que protege a los corruptos, abandona a los menores en manos de pederastas o los utiliza como excusa para desviar dinero público? Eso no es protección: es hipocresía institucional disfrazada de política social”. Así se ha dirigido la portavoz adjunta del Partido Popular (PP) en el Parlament de Cataluña, Lorena Roldán, a la consellera de Derechos Sociales a causa de las inquietantes noticias sobre la gestión de la DGAIA, con casos de presunta corrupción y el de una menor bajo tutela del organismo y que ha sido víctima de abusos sexuales por parte de una presunta red de pederastia.
Roldán ha recriminado a la consellera que no haya decidido atajar el problema hasta “que se ha visto acorralada” por los escándalos. “Qué casualidad” que anuncien la refundación de la DGAIA “cuando estos presuntos delitos salen a la luz”, ha ironizado la diputada tras poner de manifiesto que la consellera lleva 9 meses en el cargo sin que durante todo este tiempo haya hablado de la necesidad de modificar el organismo, a pesar que existía el informe de la Sindicatura de Comptes, la investigación de Antifraude y la denuncia de un trabajador “al que, por cierto, han amenazado tras atreverse a contar la verdad”.
La portavoz adjunta ha sido muy crítica con el descontrol en la DGAIA y la desprotección a los menores, evidenciado por grabaciones en los que se constataría una presunta malversación de fondos públicos a costa de los extutelados y el escandaloso caso de una niña de 12 años que, “al parecer, fue violada en múltiples ocasiones por un individuo con antecedentes, que la utilizaba además como mercancía sexual en una red de pederastia, mientras estaba bajo tutela y guardia de la Generalitat.” “107 años pide la Fiscalía para este monstruo”, ha recordado Roldán, antes de precisar que, desgraciadamente, no es la primera vez que ocurre una situación así, como demuestra el caso de Castelldans.